Asistir a ritos mayas practicados en iglesias cristianas, pasear por los mercados y ver a la gente con sus coloridos trajes típicos de cada aldea, alojarse en conventos reconvertidos en alojamientos boutique, navegar por el lago Atitlán presidido por tres volcanes o descubrir en medio de la selva las pirámides de Tikal. Nos faltarán días para descubrir todas las posibilidades de este entrañable país.